Vivir en el extranjero es una experiencia sumamente trascendente para la vida de una persona. Ser voluntario, participar en un intercambio escolar o trabajar en el exterior transforma a tal punto que, cuando el viaje finaliza, los individuos sienten que algo ha cambiado para siempre.

¿Por qué se da este fenómeno? Principalmente, porque se cultivan hábitos, amistades y conocimientos significativos. De ahí que al volver a casa puede que se experimenten periodos de angustia y confusión.

Choque cultural inverso: cuando el lugar de origen pierde sentido

El Departamento de Estado de los Estados Unidos, considera al choque cultural inverso como “los aspectos psicológicos, emocionales y culturales de la reentrada”, es decir, una serie de tensiones emocionales y psicológicas que se producen cuando se vuelve a casa después de una estadía en el exterior por un tiempo.

Una de las razones es que las características del país de origen pueden chocar con un renovado sistema de valores adquirido.

4 consejos para enfrentar el regreso a casa después de vivir en el extranjero

¿Cómo aliviar las tensiones generadas al volver de intercambio al extranjero? A continuación, cuatro recomendaciones que pueden hacer del regreso y adaptación a casa un proceso más fácil:

1. Sin prisa, pero sin pausa

Regresar al hogar significa volver a estar a cargo de aquellas cosas que se venían haciendo antes del viaje. Lo anterior, implica continuar con los estudios y compartir con amigos y familiares cercanos. En estos casos, puede que se experimente una sensación de poca familiaridad con el entorno de origen, siendo normal que produzca cierto grado de estrés.

Lo más recomendable es ir paso a paso y progresivamente, ya que retomar la rutina, los encuentros y obligaciones de golpe puede resultar en una gran frustración, por lo que la paciencia es la clave.

2. Abrirse a la posibilidad de explorar 

¿Al volver de un intercambio al extranjero sientes que tu hogar no tiene nada que ofrecer? Es normal que luego de haber viajado se hayan conocido muchos lugares, personas y actividades que generaron el deseo de explorar el mundo.

Esto puede provocar la creencia de que tu país materno carece de alternativas para la exploración. Pero, si se mantiene una actitud aventurera, se aprecian sus paisajes y su gente con nuevos ojos. Volver a casa, sin duda, tiene aspectos positivos.

3. Mantener el contacto con lo esencial 

¿Hiciste nuevos amigos durante tu intercambio escolar? ¿Tuviste la posibilidad de poseer nuevas habilidades? Por lo tanto, es recomendable que se busquen espacios para desarrollar las nuevas habilidades que adquiriste, hablar con los nuevos amigos y seguir, en la medida de lo posible, con las rutinas que se tenían, pero ahora de nuevo en casa.

4. Cambia de switch y genera tus propias mejoras

Viajar es crecer y una parte importante de madurar es abandonar aquello que ya no es necesario. En ese sentido, existen pensamientos, contextos e ideas que pueden estar limitando el crecimiento personal.

¿Se está inconforme con las reglas o tradiciones del lugar de origen? ¿Se añora un teatro o café de la ciudad donde se disfrutó en un intercambio estudiantil? Para poder abrir nuevos ciclos es preciso cerrar los anteriores. Por ello, hay que tener presente aquello que molesta tu comunidad, anotarlo y generar una conversación en base a eso. Solo así se pueden lograr mejoras para todos.

La experiencia de vivir en el extranjero brinda invaluables tesoro” para el crecimiento personal y académico. Por eso, se deben aplicar todas las sugerencias para que cuando se vuelva a casa, se puedan utilizar las nuevas habilidades adquiridas sin ningún problema.