Natalia_Foix

Hace ya un tiempo tomé el avión que me traería de vuelta a Chilito, dejándo atrás, un diminuto punto en el mapa perdido en medio del campo italiano, que se había ganado un gran espacio en mi corazón, convirtiéndose en mi segundo hogar. Volvía a casa trayendo conmigo todo el aprendizaje y el cariño adquiridos en esta hermosa aventura. Así terminaba mi año de intercambio, un año cargado de momentos de intensa felicidad, pero al mismo tiempo el más difícil de mi vida.

Conocí una nueva cultura viviéndola día a día, la cual entre largas mañanas en la escuela y domingos donde la “Nonna” me iría enseñando a ver las cosas desde otra perspectiva, dejando de lado prejuicios hasta comprender que, en el fondo y pese a todas nuestras diferencias, nos parecemos bastante.

Mi familia anfitriona es lo que más destaco de mi intercambio, realmente me acogieron como una hija más, dándome todo el apoyo y cariño que necesité en los momentos difíciles. Incluso las peleas con mis hermanas o los retos de mi mamá me hicieron sentir como en casa, y en muy poco tiempo creamos lazos muy fuertes que duran hasta el día de hoy y espero que para toda la vida.

También hice grandes amigos durante esta experiencia, quienes se convirtieron en personas muy importantes para mí al ser de las pocas personas que entienden lo que significa vivir un intercambio y que ahora, a pesar de estar esparcidos por el mundo, los siento conmigo.

Ir de intercambio con AFS fue una de las mejores decisiones que he tomado, no porque todo haya sido diversión y sonrisas, sino porque todas las situaciones que tuve que enfrentar, tanto positivas como negativas, forman parte del aprendizaje que me marcó para siempre.
San Salvo nel cuore!