En AFS creemos en el amor sin fronteras y en todas sus formas. El intercambio estudiantil genera muchos lazos que finalmente se convierten en historias imborrables para todos y hace con que personas de distintas nacionalidades puedan aprender a convivir juntos y descubrir que cuando conocemos y respetamos al otro, nos convertimos en mejores personas, tanto en la amistad como en el amor romántico.

Una de esas historias es la de Gabriela Duque, una AFSer chilena que se fue de intercambio a Noruega en el año 2005-2006 y allá conoció a un estudiante de intercambio francés, Noé Mercier, quien futuramente se vendría a convertir en su esposo.

A continuación, compartimos su historia en sus propias palabras, para inspirar y dar a conocer un solo ejemplo de cómo una experiencia AFS puede cambiar el curso de la vida de alguien y entregarle el amor que llevará por el resto de la vida a su lado, como le pasó a Gabriela.

“Partí de intercambio a los 15 años junto con mi grupo de camaradas chilenos que tenían también destino en tierras nórdicas. Allí me acogieron dos familias maravillosas (las llamadas familias anfitrionas y de contacto) con quienes compartí momentos inolvidables. Hice amigos entrañables que siguen siendo parte de mi vida.

 El año 2017, el 29 de julio, me casé en Borgoña con quien fuera mi mejor amigo y compañero AFS en Noruega y con quien escribo una historia de vida que lleva más de una década.

 Luego de ires y venires atravesando el Atlántico para poder vernos un par de meses al año, decidimos finalmente echar raíces en Francia y montar juntos un proyecto de agricultura orgánica.

 La paradoja de nuestra decisión reside pues en que en un mundo que nos llama a la movilidad y que nos reunió gracias a ella, hoy reivindicamos la voluntad de “quedarnos”, de crear vínculos con la tierra, con las personas que viven el lugar y que crean lazos estrechos de comunidad. Claramente, iniciamos nuestra pequeña revolución, pues por increíble que parezca, para poder “quedarse” y establecerse en un lugar, hay que saber batallar… 

El día de nuestro matrimonio, este mundo de movilidad al que renunciamos con dificultad, nos brindó el regalo más hermoso. Ese día convergieron todas nacionalidades, todas aquellas personas que construyeron nuestra aventura en el ártico y que nos siguen guiando y acompañando a pesar del tiempo y la distancia.

 Además de nuestras respectivas familias, tanto chilena como francesa, tuvimos la suerte de contar con la presencia de nuestras familias de contacto noruegas y nuestros querídisimos amigos noruegos, italianos, portugueses y tantos otros que vinieron a colmar nuestros corazones de felicidad y cariño.

 El ejercicio retrospectivo es tan emocionante que llega a ser doloroso, pues otra instancia como aquella será difícil de repetir. Es como una caja de pandora que hay que proteger, porque la vorágine de este día especial y la montaña rusa de emociones que conlleva el recuerdo, nos envuelve, nos construye, nos guía y nos hace apreciar y añorar cada instante que vivimos hace ya doce años en las remotas tierras de nuestros amados vikingos. 

 Un gran saludo de parte de  Gabriela Duque ( chilena AFS 2005 Norge ) y Noé Mercier ( francés AFS 2005 Norge )”

Si eres participante, ex participante o voluntario AFS, no dejes de saludar a tus seres más queridos en este día. Que esta fecha sea un momento de reflexión, para celebrar lo bello de que nos hayamos conocido y como somos responsables de que el mundo sea cada vez más pequeño y que las personas puedan conocerse cada vez más para enfrentar, todos juntos, los desafíos globales de nuestros tiempos.